La Dulce Presencia de la Calavera en EU
La catrina con su esqueleto ataviado de elegante vestimenta de la que ante todo destaca su sombrero de ala ancha, cada año se integra con mayor confidencia a la popular fiesta americana de Halloween por lo que La Calaca, el Día de Muertos y la Noche de Brujas son términos familiares y entendidos dentro el estilo de vida estadounidense en estas fechas.
La calaveras están presentes en los diferentes ámbitos y decoraciones de las fiestas de Halloween. Las hay inflables instaladas en las afueras de los hogares de los suburbios americanos, hasta numerosas decoraciones cotidianas incluyendo macetas, llegando a ocupar un lugar relevante dentro de la cultura americana, en donde años atrás solo existían decoraciones tradicionales de calabazas, brujas montadas en escobas y gatos negros.
¿Qué diría el dibujante mexicano José Guadalupe Posada ante este fenómeno transcultural ? Posadas, fue el creador de pintorescos esqueletos y calaveras a los que convirtió en críticos de la vida social mexicana. Precisamente una de esas celebridades trascendió de la obra del artista mexicano y llevando su propia identidad se instaló en Estados Unidos como la famosa Catrina, personalidad recreada gracias a la colaboración de otro reconocido muralista, Diego Rivera.
Así también las populares calaveras de azúcar se han colocado en la cultura anglosajona y su elaboracion presentada por la Familia Mondragón desde hace 20 años en las instalaciones del Museo de Arte Mexicano en Chicago, es percibida por los asistentes como símbolo de arte, celebración y sobre todo mucha paciencia: “Cada una de las calaveras que hacemos lleva un toque diferente, ninguna es igual”. Dice Elvira Mondragón, quinta generación de productores de calaveras de azúcar que junto con sus hermanos y sus herramientas de trabajo se transportan desde Toluca, México al Museo de Arte en Chicago, Estados Unidos, donde comparten y difunden un arte que identifica el sentir mexicano en el Día de Muertos.
Ciertamente, la presencia de la calavera es incontenible, nada la detiene en este país. Pese a propuestas recibidas de transformar este arte artesanal en una industria masiva, en donde la maquinaria substituiria el arte manual, las ofertas han sido rechazadas por la Familia Mondragón ya que como asegura la misma Elvira: “Es precisamente en la paciencia y dedicación donde radica el cultivo de este arte mexicano. Cada calaverita lleva el estado de ánimo de quienes las hacemos, ninguna tiene la misma expresión. Quien adquiere una calavera encontrará en ella su propio significado.”