Bancas de Pícnic, Mesas de Pimpón, Pescado Frito y Platos…¡de Peltre!
Este 4 de julio comí en Parson’s. Luego de saber que el tiempo de espera era de tres horas asumí que la experiencia en el lugar debía de ser diferente, especialmente en cuanto al menú y el contenido de sus sabores.
Al llegar nuestra mesa estaba ya disponible, al acercarme a ella pregunté si la larga fila de personas que se sentaba en la misma banca nuestra eran parte de nuestro grupo. No. Las bancas y mesas estilo pic-nic, instaladas en lo que parecía un jardín de piso de grava, invitaba a que los asistentes en general compartieran sus mesas bajo grandes parasoles rojos.
Mientras, en otra orilla del lugar se instalaba una larga mesa de pimpón en la que un par de jóvenes se entretenía con el juego de pelota, al mismo tiempo, por otro lado, unos comían y otros bebían alrededor del bar. Todo al aire libre, por fortuna bajo un agradable día de verano.
Los meseros se distinguían por sus estrafalarios atuendos que no coincidían con su amable actitud. La comida frita, pescado y pollo en versiones diversas aparecían en primer plano como la especialidad de la casa, seguidos por ceviche, una vez que conocí el menú mi atención se concentró en lo que sucedía en el lugar al que empezaban a llegar diversas razas y tamaños de mascotas ---------perros-, a los que me dediqué a observar como parte de todo el escenario.
Pescado frito, ceviche, y un extraño sandwich de pollo frito con solo una parte de pan empapado de una salsa roja, decoraron la porción de mesa que nos correspondía. Animada por el ambiente de lugar decidí comer ceviche, garbanzos como ensalada y pescado frito pero el verdadero plato fuerte fue ser servida en, ¡vajilla de pocillos y platos de peltre!, hasta desportillados como a la usanza mexicana. Al verlos recordé como dicen en México: “ni cuando era pobre llegué a comer en esos utensilios”. Sin embargo en Parson’s fue parte de la experiencia del vivir “un toque diferente”.